¿Por qué las mejores ideas se nos ocurren cuando estamos en la ducha? Esta es la explicación de investigadores

Tomar una ducha es un paso más en la rutina matutina de millones de personas alrededor del mundo.

Claro que aquella instancia de higiene personal muchas veces suele estar asociada a algo que va más allá del agua y el jabón.

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En concreto se suele hablar de que es precisamente en ese lugar del baño donde surgen las mejores ideas, avances creativos o derechamente epifanías.

Un asunto que incluso ha sido el centro de investigaciones durante los últimos 17 años.

Todo para tratar de entender por qué los pensamientos inteligentes afloran en una actividad tan pasiva y que suele ejercerse en “piloto automático”.

“La gente siempre se sorprende cuando se da cuenta de que obtiene ideas interesantes y novedosas en momentos inesperados, porque nuestra narrativa cultural nos dice que debemos hacerlo a través del trabajo duro”, planteó Kalina Christoff, neurocientífica cognitiva de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver a National Geographic.

¿Por qué las mejores ideas surgen en la ducha?

Al hablar de buenas ideas en la ducha todo se explicaría en un patrón de actividad cerebral que aparecería cuando se realizan actividades que no requieren mucha atención.

Así es como se facilitaría la activación de la red de modo por defecto (DMN) en el cerebro, asociada con el pensamiento creativo y la generación de ideas.

Durante tareas pasivas, como ducharse, la DMN se vuelve más activa, permitiendo que la mente divague y acceda a conexiones y recuerdos inusuales. Esto facilita la aparición de nuevas y llamativas ideas que pueden sorprendernos por su originalidad.

Por el contrario, cuando las personas están pasando por una tarea exigente los sistemas de control del órgano mantendrían un pensamiento centrado, analítico y lógico.

Pero ojo, porque: “Otras redes entran en juego en lo que respecta a la modificación, el rechazo o la aplicación de las ideas”, dijo Roger Beaty, neurocientífico cognitivo y director del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva de la Creatividad de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Por tanto no sería del todo prudente confiar en lo que surge de episodio de “vagabundeo mental”.