Son denuncias que llegaron a ser parte de un reportaje del medio El Mostrador. Unas que apuntan nada menos que a una conocida figura farandulera.

Resulta que el sitio juntó varias acusaciones de extrabajadores de Roberto Dueñas, el recordado manager y expareja de Marlen Olivarí.

El comunicador, que por años fue rostro de polémicas en extintos programas como SQP e Intrusos, ahora es un poderoso empresario radial en Coquimbo.

Uno que no tendría los mejores tratos, como expresaron varias víctimas que decidieron alzar la voz en su contra.

Las denuncias contra Roberto Dueñas

Así, en el reportaje, se da cuenta como el bautizado Peluche volvió a Coquimbo tras años de controversias en la pantalla chica.

“Llegó muy humilde, con un espacio que se llamaba Los Dueños de la Tarde. Quería hacer algo nuevo en medios y le abrieron las puertas. Venía como en la onda de reinventarse. Eso fue lo que vendió. Y en un principio fue así”, reveló Rocío Barraza, una de las denunciantes.

Sin embargo, luego de estar en un inicio en Radio Montecarmelo, empezó a forjar el que sería su gran proyecto: una radio comunitaria que luego pasó a convertirse en Mi Radio, medio con el que empezó a tener bastante éxito y auspiciadores, que llegaron gracias a su estilo frontal a la hora de abordar informaciones nacionales y políticas, y que incluso generaron que se cambiara de una sencilla casa de dos pisos al centro empresarial de La Serena.

“Ya no era el tipo que había llegado con la cola entre las piernas, sabía que tenía poder y empezó a ejercerlo”, confesó la misma víctima.

De hecho, sus colaboradores notaron que dejó muy atrás la imagen del jefe buena onda que almorzaba con ellos, desde que comenzó a codearse con empresarios y figuras de poder de la región, cambiando absolutamente su trato.

“Cuando anda buena onda es un encanto, pero si lo pillas atravesado es un energúmeno, una bestia, como ese típico director de televisión antiguo que es medio rayado, gritón y termina echando puteadas a medio mundo”, denunció otro trabajador.

Otra acusación, hecha por un profesional despedido, señaló que “en mi proceso de desvinculación, esta persona (Dueñas) me chasqueó los dedos y me dijo que, si él quería, yo no volvía a trabajar en ninguna radio de la región. Lo mismo hizo con otros compañeros. Siempre con voz amenazante y golpeando la mesa”, y que si hubiese existido la Ley Karin en ese entonces, lo habría llevado a la justicia.

“Lo que más me incomodaba era el miedo que generaba en los trabajadores. Cuando terminaba un programa todos empezaban a correr. Yo decía ‘pero si este tipo no es Dios’. He trabajado en muchas partes, pero nunca vi un clima laboral así”, agregó.

Respecto a las acusaciones, Roberto Dueñas contestó desafiante al reportaje que “vengo de las grandes ligas del pelambre. Me despertaba a las mañanas y me hacían pico en Las Últimas Noticias, en los matinales, en todos lados. Soy de la farándula dura, no soy un potrillo, escriban lo que quieran”. ¿Qué tal?