Es una historia que ya habíamos escuchado hace algunas semanas en los llamados bares de Vitacura. Y ahora le ocurrió a Gonzalo Valenzuela.

El actor estaba por aquel barrio con Kika Silva, compartiendo con varios amigos. Tras comer, varios quisieron seguir en otro lugar la fiesta, algo a lo que el Manguera accedió, mientras su mujer decidió irse a la casa de su hermano.

Sin embargo, minutos después, al intérprete también se le agotó la batería social, por lo que se despidió y se dio cuenta que su celular se lo había llevado su esposa, por lo que no podía pedir ni un automóvil.

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Fue entonces que, caminando en la búsqueda de un taxi, y mientras se desataba la lluvia y el viento, apareció un vehículo que le dijo “¿necesitai un Uber?” y le mostró la clásica maquinita para cobrar, por lo que confió y se subió.

La peor noche de Gonzalo Valenzuela

Tras esto, el actor contó a LUN que el chofer, un chileno de contextura maciza, le ofreció una botella de agua mineral, que estaba supuestamente bien sellada.

Y le dijo que le cobraría siete mil pesos por el trayecto, instante en que Gonzalo intentó pagar, pero le salió un error en el sistema.

Entonces, el sujeto le dijo que él lo intentaría, minuto en que le pasó su tarjeta, pero tampoco funcionó, por lo que se ofreció a llevarlo a un servicentro y sacar dinero de un cajero.

Un momento donde el galán vio como el chofer lo dejaba ahí y escapaba del lugar, para posteriormente percatarse que la tarjeta que tenía en sus manos no era la suya, y había sido víctima de un cambiazo.

Lo peor vino, eso sí, minutos después, ya que Valenzuela caminó desde el lugar a su casa sin acordarse cómo lo hizo. Más encima, cuando despertó, lo hizo en un estado errático, completamente desconcertado. “Ahí caché que me habían dado algo para asaltarme. Me habían sacado 400 lucas de la tarjeta”, contó.

De esta forma, Gonzalo Valenzuela relató el complejo momento que vivió en medio de las lluvias, haciendo un llamado a cuidarse, sobre todo en la comuna de Vitacura, donde este tipo de hechos ya se ha convertido en una denuncia constante.