Ciudadano ADN. “De un día para otro, yo me vi en la calle”: la historia de Carlos Iturriaga, persona en situación de calle

Durante esta semana, en el Ciudadano ADN tuvimos la oportunidad de analizar la percepción que tienen los chilenos respecto a las personas en situación de calle. Y en esta ocasión, pudimos conversar con Carlos Iturriaga, persona en situación de calle, y con Isabel Lacalle, presidenta de la Corporación Nuestra Casa.

“En Nuestra Casa trabajamos incansablemente para que nadie viva en la calle por falta de alternativas. Desde ahí, llevamos trabajando 24 años y somos una organización fundada con las personas en situación de calle”, comentó la presidenta de la fundación al inicio de la conversación.

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El trabajo de Nuestra Casa

A lo anterior, Lacalle agregó que en Nuestra Casa, “tenemos tres áreas de trabajo”. “Una está centrada en la habitabilidad donde hay 34 viviendas donde viven con nosotros más de 100 personas en tres tipos de formatos distintos; una residencia, que es un espacio más masivo y comunitario; casas compartidas, que son como un arriendo de piezas; y luego la Vivienda Primero, que es parte de la política pública del Ministerio de Desarrollo Social”, detalló la presidenta de la fundación.

En esa misma línea, Isabel Lacalle dijo que “luego, tenemos un programa de voluntariado, ya que nuestra organización nace con esto, y un programa de Calle Cero, que busca hacer calzar un poco las ofertas territoriales con las demandas de los mismos territorios”.

Carlos Iturriaga y su experiencia viviendo en la calle

En conversación con Ciudadano ADN, el hombre declaró que “yo vivía con mi familia, que en esos momentos tenía buenos recursos, pero yo soy muy orgulloso y no me gusta molestar a nadie… entonces, de un día para otro, yo me vi en la calle”.

“Me fui a Estado, entre Agustinas y Alameda. Hay una sucursal de un banco, frente a otro supermercado y ahí armé mi ruquita”, especificó.

De ese mismo modo, Iturriaga detalló que “estuve casi 7 meses y me tocó el invierno más duro, la parte de junio o julio y ahí conocí a Isabel yo”.

“Una noche estaba ahí y me golpean en una caja de refrigerador que tenía. Ahí ella me dice, ‘tío, ¿quiere un cafecito?’. Me dio un café y un sándwich, empezamos a conversar y ahí me habló de la corporación. A los pocos días, yo conseguí trabajo y me fui para la Corporación. Y ahí estoy”, recordó.