VIDEO. Diego Godoy, cantante lírico chileno que triunfa en Europa: “Nos encontramos con lo que sería la generación dorada de la ópera chilena”

Diego Godoy, un chileno nacido en Antofagasta hace 32 años, ha forjado una carrera impresionante como cantante lírico en Europa, específicamente en Francia, donde reside desde hace nueve años.

Su camino hacia la ópera comenzó temprano, influenciado por figuras clave en su formación musical en Chile. En conversación con ADN.cl, el artista nacional compartió los detalles de su viaje desde los coros juveniles hasta los escenarios más prestigiosos del mundo.

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Desde sus primeros días en el Liceo de Música de Copiapó, Diego mostró un talento excepcional que fue cultivado por su maestro, Rodrigo Tapia. “Él fue la primera persona que me motivó a seguir este camino. Él notó mis condiciones y me instó a considerar la posibilidad de hacer de esta actividad mi profesión en el futuro”, recordó el cantante sobre sus inicios prometedores en la música.

El año 2012 marcó un punto de inflexión en su carrera cuando participó en su primer Concurso Internacional de Canto Lírico en Trujillo, Perú. “Allí obtuve un premio como joven promesa, lo cual me abrió las puertas a mi primer contrato internacional en Trinidad y Tobago”, reveló Diego.

Este éxito inicial lo llevó a presentarse en audiciones para el Teatro Municipal de Santiago, donde aseguró su primer rol profesional en “Romeo y Julieta” en 2013.

Llegada a Europa

La transición a Europa significó un cambio significativo en su carrera. “La gran diferencia es que el 70% de los teatros de ópera del mundo se encuentran en Europa”, explica Diego. Esta concentración de oportunidades le permitió expandir su carrera y explorar escenarios icónicos como el Teatro San Carlo en Nápoles y el Bolshoi en Moscú, experiencias que describe como verdaderamente mágicas y formativas.

Uno de los momentos más memorables de su carrera fue cuando le pidieron repetir una pieza durante una actuación en Italia, una experiencia que Diego describe como “verdaderamente mágica, artísticamente hablando”.

Marcado por un micro

Sin embargo, guarda con especial cariño un recuerdo, no en un teatro, sino en una micro en Santiago, donde su arte tocó profundamente a un público inesperado, demostrando el poder universal de la ópera. “Para poder subsistir a las vicisitudes de la vida de estudiante provinciano, recurrí muchas veces a cantar en las micros, y cuando lo hice la primera vez, con una radio a pila, termino de cantar y la micro se vino encima, toda la gente estaba muy emocionada”, relató.

Como chileno en la escena operística internacional, Diego enfrentó desafíos culturales y lingüísticos. “He podido aprender cinco idiomas diferentes”, menciona, destacando cómo su juventud en Europa facilitó este proceso de adaptación.

A pesar de las barreras, Diego ve su papel como un embajador cultural de Chile en la ópera mundial, inspirado por figuras como Ramón Vinay que han dejado una marca significativa en la historia de la ópera.

La generación dorada de la ópera chilena

El chileno también reflexionó sobre el panorama operístico en Chile, notando mejoras significativas en los últimos años. “Hoy en día, nos encontramos con lo que sería la generación dorada de la ópera chilena”, comentó con orgullo.

Sin embargo, señaló la necesidad de mejorar la difusión y apreciación del arte lírico en su país natal, sugiriendo que compartir más historias de éxito podría cambiar percepciones erróneas sobre la ópera como un arte elitista. “Mucha gente se sentiría muy orgullosa de ver como triunfan varios compatriotas afuera”, dijo.

Mirando hacia el futuro, Diego tiene una agenda ocupada con presentaciones en Tesla, Francia, y próximos debuts en óperas clave como “La Rondine” y “El Trovador”. Con cada actuación, continúa llevando la tradición lírica chilena a nuevos públicos y escenarios globales, con la esperanza de inspirar a otros jóvenes talentos a seguir sus pasos y expandir los horizontes del arte lírico.