Juan Miguel Fuente-Alba: “Soy inocente, no he cometido delito alguno, no existe ningún peso fiscal que haga ingresar a nuestro patrimonio "

Este lunes se dio a conocer el veredicto en contra de Juan Miguel Fuente-Alba, el excomandante en jefe del Ejército acusado de lavado de activos en el uso de gastos de la institución que encabezó.

En las palabras finales, Fuente-Alba puso énfasis en los 45 años al interior de la institución: “Me pregunto lo siguiente: ¿cómo se presumir que, de un minuto a otro, me transfiguré, me transformé en un delincuente? ¿Cómo se puede presumir que un soldado de toda la vida, que abrazó la carrera de las armas, que abrazó el servicio público y que formarlo en una institución castrense, la más antigua de la República, y que se formó para recibir una suerte de coraza, a su lógica, de preceptos morales, de virtudes, de principios, puede renunciar a todo ello para sencilla, o lisa y llanamente, transgredir el orden institucional de la República?”.

Luego, repasó los procesos al interior del Ejército a los que ha sido expuesto: “He sido sometido en el Ejército a un duro escrutinio estricto de 31 juntas calificadoras para oficiales, 13 como su teniente capitán (subalterno) y 18 como oficial jefe, superior, mayor, teniente coronel y coronel (...) Jamás tuve una anotación de demérito en mi hoja de vida, nunca una junta calificadora me redujo el puntaje que me había asignado mi calificador directo o mi calificador superior por una anotación de mérito. Ello da cuenta, de alguna manera, de la confianza en quienes me calificaron en el Ejército”.

Sobre su ingreso a la Escuela Militar, destacó que “encausó mi vida por un camino, un sendero con incalculables, impredecibles sucesos. En consecuencia, rescato el primer hecho: dios quiso que el 16 de marzo del año 70, en mi primera salida de carrete, conocí a mi mujer, que tomaría en mi vida un punto central: sin su tremendo esfuerzo en la vida, abandonando el ejercicio del trabajo, laboral, dedicándose de lleno al cuidado y educación ed nuestros hijos, formamos una familia linda, de la cual somos orgullosos, y que miramos con gran alegría”.

Sobre este mismo proceso, calificó que desde mayo de 2016, él y su esposa, Ana María Pinochet, han sido objetos de “una agresión mediática sistemática, permanente y contundente: nosotros como matrimonio y todos nuestros hijos, toda nuestra relación familiar, porque el órgano persecutor pidió investigar a toda la relación del árbol genealógico (...) Soy inocente, no he cometido delito alguno, no existe ningún peso fiscal que haga ingresar a nuestro patrimonio de 45 de sociedad conyugal, ninguno”.

“Somos personas honestas, igual que la gran mayoría de todos los chilenos y no como perversamente se nos ha querido mostrar. Este doloroso y difícil tránsito que relató mi cónyuge, del cual difícilmente se reparará el daño, el efecto y las consecuencias que de ello se deriva, solo espero la verdad”, precisó.

Hacia el final, pidió “que se haga justicia a través de la consideración que procede a los elementos que se han hecho llegar al tribunal (...) Que se haga justicia, que es lo último que puedo pedir y rogar”.

Puedes escuchar la declaración a continuación.