Jefe de Estado Mayor del Ejército por conscripto muerto: “No teníamos ningún antecedente registrado en 15 años de fallecimiento por trabajo en altura”
Ante las denuncias por violencia física, el general Rodrigo Pino respondió: “Están prohibidos. De confirmarse en la investigación, es una situación inaceptable. Por lo mismo se han abierto las investigaciones sumarias correspondientes”.
Desde el Hospital Militar de Santiago, donde aún se encuentran 22 de los 50 soldados que salieron al trágico ejercicio en altura en la localidad de Pocollo, región de Arica, el lunes pasado y que cobró la vida del soldado Franco Vargas, el general Rodrigo Pino, jefe del Estado Mayor del Ejército, se refirió al hecho que aún hoy tiene consecuencias: “Quiero manifestar y reiterar una vez más nuestras condolencias para la familia del soldado Franco Vargas, un camarada de armas que en el cumplimiento de la Ley del Servicio Militar obligatorio lamentablemente perdió la vida el pasado 27 de abril”.
“El Ejército ha puesto desde el primer día todas sus capacidades, medios y recursos para poder enfrentar la situación que, en primer lugar, llevó a la muerte al soldado Vargas, y también al hecho que dejó a 22 soldados afectados por un problema médico”, aseguró luego el general.
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En esa línea, el general Pino aseguró que la estrategia de la milicia “ha sido la prioridad el brindarle el apoyo a todos y cada uno de ellos de los que han estado afectados, como también mantener informado desde el primer minuto a las familias de los afectados”. Por esta razón, se estableció un contacto de al menos tres veces al día con los familiares de los jóvenes hospitalizados.
Sobre el contexto en el que se realizó el ejercicio, respondió la autoridad uniformada: “Nosotros no teníamos ningún antecedente, por lo menos registrado en los últimos 15 años, de un fallecimiento de un soldado en condición de trabajo en altura”.
“Los soldados estuvieron desde el día 21 de abril en el sector de Pocollo, realizando actividades de aclimatación (...) es realizar actividades sin considerar un esfuerzo adicional al propio que indica generar las condiciones para generar un aclimatamiento en altura”, detalló después.
En la misma línea, espetó las teorías que apuntaban a una vestimenta inadecuada para las condiciones climáticas: “Es falso (que era en condiciones de -15°C, también es falso que iban con polera). Iban equipados con la tenida de combate más la ropa de abrigo correspondiente a esa zona y el pronóstico era de 7,9°C. Por lo tanto, no eran condiciones señaladas”. La constatación, aseguró, fue por fotos que vio.
Respecto a la vestimenta, precisó: “Era la estándar, conforme a los procedimientos establecidos, donde cada soldado va equipado con primera y segunda capa, ropa de abrigo, parca, el abrigo para la cabeza y es parte del entrenamiento que, en la medida que se va generando la marcha, ir generando una ventilación del cuerpo para que, al llegar a la zona de descanso, los soldados retomen la temperatura que tenían”.
Sobre el caso particular del soldado Franco Vargas, relató que “a los primeros minutos de iniciada la marcha habría manifestado que se sentía mal. Quien estaba a cargo de la marcha y el enfermero dispusieron de inmediato su evacuación al puesto de atención médico especializado instalado en Pocollo para poder brindar el apoyo sanitario a los soldados que se encontraban realizando el periodo de aclimatación en la zona; el soldado fue estabilizado allí y en la medida en que su situación fue empeorando, fue rápidamente trasladado al Cesfam de Putre y de acuerdo a los registros, llegó con signos vitales, vivo allí, y mientras esperaban la llegada del médico de urgencia del Cesfam, al soldado se le habría generado un paro cardiorrespiratorio que implicó que el personal sanitario que estaba allí procediera a su reanimación; el médico llegó, continuó con la reanimación y lamentablemente se constató su muerte a partir de las 07:12 horas”.
Denuncias de golpes físicos
Tras el deceso, se abrió un sumario al interior del Ejército, a fin de esclarecer las dinámicas y responsabilidades. Frente a las denuncias de golpes, el general Pino respondió: “Son motivos de la investigación. Los maltratos físicos a nuestros soldados están prohibidos. De confirmarse en la investigación, es una situación inaceptable. Por lo mismo se han abierto las investigaciones sumarias correspondientes y se pusieron en los tribunales militares para que se indaguen”.
En la misma línea legal, aseguró que no hay exigencia de exámenes para cerciorar las aptitudes médicas para el desempeño en altura, tras lo cual “va a ameritar un cambio y un análisis para poder determinar si efectivamente corresponde y es necesario aplicar para que los soldados puedan desenvolverse en altura”.
“El análisis sobre si pueden continuar los soldados con el cumplimiento de la ley, será caso a caso y obedecerá a antecedentes médicos, psicológicos y socioeconómicos que caso a caso amerite”, complementó en el mismo sentido más tarde.
Por su parte, el general Francisco Silva, director del Hospital Militar, precisó que, en cuanto se tuvo conocimiento de la gravedad del estado de salud del soldado Vargas, “en cosa de horas, se dispuso, por el alto mando institucional, el envío de la mejor aeronave ambulancia de la que dispone, con un equipo médico especializado con un médico intensivista, un anestesista, un enfermero y un enfermero militar de combate”.
“Los primeros análisis microbiológico estaba arrojando que el germen que nos estaba atacando era el virus de influenza AH3 y en el caso de uno de los soldados más graves, una bacteria de escherichia coli”, cerró.
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