VIDEO. Desconocidos roban subsecretaría de Prevención del Delito: se llevaron artículos fiscales y aparatos tecnológicos de empresas privadas
Desde la entidad estatal sacaron una tablet, dos teléfonos y una cafetera. La peor parte se la llevó la empresa de publicidad.
Captura de pantalla
Santiago
Un irónico robo fue el que se registró la noche del martes en el edificio que alberga las oficinas de la subsecretaría de Prevención del Delito, en calle Agustinas, a la altura del 1.200, en Santiago centro: dos desconocidos hicieron ingreso al inmueble y se llevaron artículos de oficina de la entidad estatal, junto con otro millonario botín de la empresa de publicidad CIK.
De acuerdo a los registros de cámaras de televigilancia revisados por Carabineros, los antisociales hicieron ingreso a la torre entre las 22:00 y las 23:00 horas. Una vez adentro, revisaron las oficinas: de la subsecretaría se llevaron una tablet fiscal, dos teléfonos del Estado y una cafetera, avaluado todo en aproximadamente $1 millón.
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La sustracción más cuantiosa la sufrió CIK: Adrián Sagástegui, gerente de la compañía afectada, precisó su afectación en dos cámaras de video profesionales y sus respectivos lentes, junto a ocho computadores, alcanzando un avalúo de entre $20 y $25 millones. “Lo que se registró fueron las cámaras del mismo edificio, ahí se ve cómo están ingresando. En la oficina no tenemos cámaras porque estamos en plena inversión”, precisó el empresario.
Sobre los mismos registros audiovisuales del ilícito, Sagástegui acotó que, al parecer, la puerta “la fuerzan, aunque parece que tuvieran la llave y entran”: “Solo hay dos oficinas (en el edificio): la mía y subsecretaría”.
En cuanto al móvil del ilícito, planteó: “Está la teoría de que está organizado, dateado. Si pensamos mal, desde la administración del edificio o algún extrabajador”.
De lunes a viernes, a las 19:00 horas, el vigilante no permite el ingreso de nadie. He ahí lo extraño del robo.
Mauricio Armijo, un trabajador de CIK, graficó: “Estaba todo mi escritorio desordenado, con los cheques de las empresas ahí tirado (...) Yo no me llevaba el computador personal, pensando que era más seguro acá”.
