Es uno de los casos más insólitos del último tiempo. El hallazgo de restos óseos en la comuna de Ñuñoa desató una serie de teorías, principalmente vinculados al crimen organizado, pero terminó siendo la historia de un pacto entre dos mujeres laicas consagradas a una organización religiosa, donde una de ella fue formalizada por inhumación ilegal.

La mujer que fue detenida por dejar los restos en la calle es Lorenza Patricia Ramírez Barrera, de 80 años, vecina del sector Los Jardines, en la comuna de Ñuñoa. Fue ella misma quien confesó haber tenido los restos de Erica Alejandra Fernández Mora (59) durante un año en su casa luego de su fallecimiento.

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Según relató Juan Fonseca, jefe de la Brigada de Homicidios Metropolitana, ambas mujeres mantenían un pacto en el que “ellas no se iban a denunciar y no iban a realizar inscripción y que se iban a cuidar una a otra hasta el último de sus días”.

“Aquí hay un pacto, son religiosas que vivían en el lugar, esta señora llega, una tercera religiosa que es una hija de la dueña de casa, llega a cuidar a su madre porque al parecer podría tener alguna especie de trastorno, eso hay que ver en materia de la investigación que se está realizando. Esta persona realiza un pacto con esta persona que fallece hace un año atrás y la mantienen en el lugar por el cariño que le tenía al interior de esta maleta”, detalló.

Según detalla Emol, Lorenza Ramírez “se casó en febrero de 1963 con Senén Monares Gómez, de quien enviudó en septiembre del 2008. De acuerdo a información recopilada, ambos tuvieron tres hijos (Paulina, de 60 años; Pamela, de 56; y Agustín, de 49). Una de las dos hijas es quien regresó a la casa de su madre hace unas tres semanas”.

Relación de pareja

Además, se señala que unos años luego del fallecimiento del marido de Ramírez, ambas mujeres habrían comenzado una relación amorosa luego de conocerse en una parroquia del sector donde participaban. Luego de eso, las dos decidieron convertirse en laicas consagradas, dejando atrás la ropa convencional para comenzar a utilizar hábitos azules, teniendo la intención de abrir una congregación.

Esto hasta que una de las mujeres falleció en abril del año pasado. Además, hace unas tres semanas una de las hijas de la mujer regresó a vivir con ella. Y ante el temor que encontrara la maleta, la religiosa decidió dejarla en la vía pública, para que sea encontrada “y tener un entierro digno”, consigna el citado medio.

La mujer de 80 años fue conducida hasta un cuartel de la PDI, para luego ser formalizada como autora de inhumación ilegal, pero quedando en libertad por su avanzada edad e intachable conducta anterior.