Pianista profundo dio inicio a temporada de la Sinfónica Nacional

Si el arranque de temporada del Municipal cerró triunfalmente con Beethoven, el primer concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile (OSNCH) estuvo dedicado casi íntegramente a este compositor, el que no pudimos celebrar como quisiéramos en su jubileo del año 2020, pero que es una presencia constante e ineludible en los programas de las agrupaciones clásicas.

Pero esta primera fecha de la orquesta estatal, realizada el viernes 8 y el sábado 9, en su habitual espacio del Teatro Universidad de Chile tuvo un preciado plus por la presencia de un pianista de real peso, el inglés Peter Donohoe, quien a sus 70 años sigue manteniendo intacta aquella maravillosa técnica que lo llevó a grandes escenarios, y a firmar tremendos discos para el sello EMI.

Junto a su director titular Rodolfo Saglimbeni en la batuta, los sones casi barbáricos de la ‘Danza Fantástica’ del histórico compositor chileno Enrique Soro, sirvieron de electrizante partida, en una interpretación más brutal (en el buen sentido) y visceral de lo que se la ha escuchado a esta orquesta, que por lo demás ha hecho suyo el patrimonio de nuestros más importantes creadores musicales. Es parte de su misión.

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Luego el público se sumergió en el universo beethoveniano. Un resonante aplauso recibió a Donohoe, quien ofició de solista en el Concierto para Piano No.5 ‘Emperador’. Más allá de sus sabidos dotes en el teclado, el británico ofreció una interpretación profunda, apreciándose la búsqueda de un discurso coherente, palmario, y que denota un honesto respeto al texto escrito, a la partitura.

Son varias las ocasiones en que la orquesta y el maestro Saglimbeni han hecho en conjunto la icónica Quinta Sinfonía del “Genio de Bonn”, y en cada vez se nota más un afiatamiento en la entrega. La arquitectura de cada uno de los cuatro movimientos se aprecian con claridad, y momentos clave, como la transición entre los dos últimos sonaron de la mejor manera.

Mejor aún, el Finale resultó francamente majestuoso, y todas las familias instrumentales tuvieron su momento de lucimiento, llegando a un cierre contundente, gracias también al remate en los timbales del percusionista Juan Coderch.

Una gran velada, que fija el rumbo a seguir para este año. Y esta semana, viernes 15 y sábado 16 de marzo, orquesta y director se vuelven a juntar para un absoluto imperdible: la Quinta Sinfonía de Jean Sibelius, que la OSNCH no interpreta desde hace casi treinta años.