Jefa de Oficina ONU Mujeres Chile reflexiona sobre las labores de cuidado: “No es un tema solo de las mujeres, sino que es un tema de la sociedad”
Gabriela Rosero se refirió a los esfuerzos que se deben hacer en diferentes materias par mejorar la calidad de vida de las mujeres.
Gabriela Rosero
Gabriela Rosero, Jefa de Oficina ONU Mujeres Chile, conversó con La Prueba de ADN para conversar sobre la inversión y financiamiento que se debe potenciar para mejorar la calidad de vida de miles de mujeres.
En el marco de una nueva conmemoración del 8M se han realizado diferentes balances y análisis del escenario nacional al día de hoy. Uno de los temas principales que encaja en esta materia tiene relación con las labores de cuidado no remuneradas, que principalmente son ejercidas por el género femenino; todo lo que esta actividad conlleva en la vida de cada persona.
Frente a esto, la invitada puntualizó en que esto es de mucha importancia, pasando por ”cómo nos organizamos en los hogares. Quién tiene la responsabilidad de la provisión de alimentos, llevar a los niños a la escuela, ayudar en las tareas, cómo esa organización interna en muchas ocasiones la hacen las mujeres”.
Así, se debe considerar “cómo esa carga nos pesa, pero también nos afecta a veces en nuestra salud emocional y mental”. Pero al hablar de esto, se debe considerar la contraparte, “el derecho de las personas a ser cuidadas y recibir cuidado”, lo que da pie a reflexionar más allá de la labor única femenina.
“Cuando hablamos de la sociedad de cuidado, de la economía de cuidado, es pensar en cómo redistribuir esas cargas de cuidado, como visibilizar y reconocer su importancia. Pero adicionalmente, cómo trabajamos desde el Estado, desde la sociedad civil y desde la empresa para contribuir en esta redistribución de las cargas”, reflexionó Rosero.
De la mano a eso se plantea el hecho de “poder avanzar con políticas públicas que permitan esta visualización, esta valuación, esta distribución”. Dentro de lo mismo, se destacó el reciente lanzamiento del Sistema Nacional e Integral de Cuidado.
“Uno de los responsables de garantizar estos derechos es el Estado, a través de la infraestructura, de la orientación de los recursos públicos necesarios y desde la oferta de los servicios, los lugares para cuidar niños, pero también la atención especializada para personas con discapacidad y también para el adulto mayor” enfatizó.
Asimismo, apeló al “aporte que puede hacer el sector privado, desde las mismas empresas, en las miradas internas. Cómo poder apoyar a que las mujeres puedan contar con espacios de cuidados para sus hijos, también con sus tiempos libres y esa posibilidad de hacer una carrera plena dentro de las empresas”.
Responsabilidad compartida
Pero el conflicto va mucho más allá y se deben tener en cuenta otros tipos de soluciones que pasen desde la interna, de la realidad personal y de cada familia, donde se podría identificar un problema raíz.
De aquí desprender la arista de una responsabilidad compartida, para que no todo recaiga en la mujer. Es por esto que la representante de la ONU hace “un llamado a los hombres a sumarse en este proceso de corresponsabilidad”.
Sin embargo, hizo hincapié en que “no es una ayuda, es cómo compartimos esa organización en nuestras casas de los cuidados”. Esto, siendo una forma de alivio o un aspecto complementario a las diferentes herramientas que se presentan en la sociedad y acceso a estructuras de cuidado.
Bajo este contexto, la invitada señaló a “los cambios que se puedan hacer a nivel estructural, de entender que esto no es un tema solo de las mujeres, sino que es un tema de la sociedad en su conjunto, y desde ahí, todas las personas suman”.
Violencia de género, una deuda pendiente
Otra de las aristas que mantiene preocupado, y ocupado al país, y a la Organización de las Naciones Unidas en general, tiene relación con la violencia de género y los casos que lamentablemente no dejan de multiplicarse.
Si bien Gabriela Rosero valora que se han hecho avances considerables, reconoce que aún “hay que avanzar, hay que continuar” realizando acciones de mejoras.
“Una de las oportunidades de trabajo conjunto que tenemos como ONU con los Estados, es acompañar iniciativas que puedan permitir cambiar esas normas y patrones culturales. Pero también en el ejercicio de un Estado que pueda prevenir, sancionar, proteger y reparar”, complementó.