Valparaíso

131 vecinos y vecinas muertos producto de los incendios forestales y estructurales de la última semana en la región de Valparaíso; 31.703 damnificados como resultado de lo mismo en Viña del Mar, y 7.825 en Quilpué, con una proyección de 15 mil inmuebles afectados. Esa son las cifras que ha dejado la segunda catástrofe más grande que ha vivido el país desde el terremoto de 2010. Pero claro, detrás de cada número hay una familia y por consecuencia, una aspiración de darle dignidad en el proceso de levantarse. Así lo explicó así la mañana de este martes Lorena Cofré, la secretaria regional ministerial (Seremi) de Salud de Valparaíso, en ADN Hoy.

El problema, dijo de entrada, está en la donación de ropa: “Hoy tenemos un alto porcentaje de textiles eliminados en las vías públicas, y también aún queda una cantidad importante de escombros que tenemos que ir removiendo”.

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El problema fue de la voluntad de los donantes, si se quiere: “En algún minuto tratamos de gestionar puntos de acopio, oficializados y formalizados. Sin embargo, hubo muchas personas que llegaron directamente a los territorios a donar textiles y no estaban en condiciones. Tampoco se pudo generar la segregación oportuna de aquellos textiles. Eso generó que hoy tuviéramos una gran cantidad de ropa sucia, no adecuada, hoy almacenándose en algunos espacios de la vía pública que son parte del territorio que ha estado en catástrofe”.

Ante esto, surgió una alerta: “El hecho que esa ropa esté acumulada al sol o a la humedad genera un cúmulo de plagas: pulas, roedores y otros insectos. Se recomienda inmediatamente no usar aquella ropa dispuesta en la vía pública. Lo que estamos haciendo a través de los municipios y de las delegaciones presidenciales de acá es eliminar esa ropa porque hoy las personas tienen necesidades, primero, de dignidad, y en segunda instancia, de ropa nueva”.

Por lo pronto, existe en ejecución un plan de eliminación de textiles que se hace vía residuo domiciliario no peligroso: “Lo que hacemos es disponerlos en los vertederos como residuos domiciliarios. Distinto es lo que hacemos con los escombros, que tienen otro proceso de segregación. Entonces estamos definiendo distintos puntos para lo que corresponda”.

Por lo pronto, y producto del estado de catástrofe que rige para la zona, la Seremi apoya a la municipalidad para “poder externalizar el servicio de aseo y potenciar esta eliminación oportuna”: “Como Seremi, fiscalizamos, recomendamos y generamos las prohibiciones de uso, en este caso, de ropa en desuso. Y en este caso, a través del estado de emergencia, el Jedena (jefe de defensa nacional), en coordinación con las delegaciones y otros servicios, empujamos a que se compre el servicio de aseo y se pueda complementar el retiro oportuno”.

“Son grandes cantidades, dispuestas en varios puntos, no acumuladas en uno determinado. Amontonada en distintos lugares (...) Ya empezó el retiro de textiles. El municipio lidera el trabajo, que es ‘dueño’ de la vía pública y con quienes nosotros colaboramos”, cerró el tema.

Baños

Otro de los temas que ha complicado a los viñamarinos es el de los baños. Cofré dio cuenta: “Hemos dispuesto alrededor de mil 500 baños químicos en todo el territorio, los que han ido llegando en forma parcelada. Hoy obligamos a la empresa contratada a que cumpla con la mantención adecuada. En ese sentido, ellos ya hacen las mantenciones, nosotros como sector salud estamos fiscalizando aquello y tenemos todo el mandato, en este caso, por la alerta sanitaria, para exigirles que esa mantención sea la adecuada y la oportuna, para darle dignidad a todas las personas en el territorio. Hay varias organizaciones comunitarias que han dispuesto sus sedes para que las personas vayan al baño. Nos estamos organizando en eso”.

La Seremi dispuso alrededor de 50 funcionarios para la fiscalización, pues “hay una gran demanda”, reconoció la titular de la Secretaría. A ello se suma que, al menos en su partición, no ha existido diferencia del lugar, por lo que también se contempla a aquellos campamentos afectados.

Finalmente, puso énfasis en dos temas: las vacunas, que ellos han dispuesto “para todos, sin diferencia. En primera instancia, incentivamos la vacunación de voluntarios y voluntarias para el retiro de escombros, ante riesgo de cortarse, y la vacuna antitetánica cumple un rol importante. Pero paralelamente también hemos dispuesto vacunas para el covid y la hepatitis A, no solo para voluntarios, sino también para vecinos y vecinas y puedan efectivamente acceder”.

Y segundo, las ollas comunes: “Generando un rol colaborador y de orientación para entregar alimentos de buena calidad a las personas, considerando que tenemos ola de calor que incrementa el riesgo microbiológico”, cerró.