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Tribunal decreta prisión preventiva para Claudio Figueroa, autor confeso del asesinato de Michelle Silva

El Juzgado de Garantía de San Felipe determinó 180 días de investigación.

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Agencia Uno

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Este miércoles, el Juzgado de Garantía de San Felipe decretó prisión preventiva en contra de Claudio Figueroa, autor confeso del asesinato de Michelle Silva, joven que se mantiene desaparecida desde el pasado 6 de enero.

El sujeto fue formalizado durante esta jornada por el delito de femicidio, luego de que el pasado sábado 20 de enero reconociera haber dado muerte a la joven de 20 años,

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Por esta razón, el tribunal dio 180 días de investigación, revelando además que Figueroa mantenía antecedentes por delitos como hurto simple, porte ilegal de arma blanca, violencia intrafamiliar, maltrato a Carabineros y abuso sexual a mayor de 14 años.

Además, en 2010 fue condenado a dos años de cárcel por abuso sexual, mientras que en 2013 también fue privado de libertad por ser el autor del ilícito de lesiones graves.

Formalización

Desde el Juzgado de Garantía, la fiscal regional, Claudia Perivancic, presentó el relato de los hechos.

Según contó Figueroa, habría contactado a Michelle Silva por la aplicación Grindr: al abrirla, la vio a ella, “bonita de cara, morena, pelo negro, largo, de labios gruesos, quien me ofreció psicotrópicos y comencé a hablar con ella para comprarle droga”.

Concretaron un encuentro en la esquina de Maipú con San Martín, comuna de San Felipe. Allí la vio bajar de un automóvil, pero él no salía, aunque ella llamara a los gritos a la casa. Michelle empezó a llamarlo por teléfono. Claudio puso su teléfono en modo avión, esperó que se fuera y salió a comprar medicamentos. Al regresar a su casa, desactivó el modo avión de su teléfono celular y le contestó a la joven.

Acordamos nuevamente juntarnos, así que a los minutos después me asomé por la puerta de mi casa hacia la calle y vi una niña caminando por la calle Maipú, desde O’Higgins, en dirección a mi casa. En ese momento pude verla de cuerpo completo y me fijé que era la misma persona a la fotografía de la aplicación Grindr“, citó la persecutora.

“Vestía una chaqueta de mezclilla negra, shorts de mezclilla también de color negro y zapatillas blancas. Andaba con una cartera rosado claro, con cadena metálica dorada y una bolsa de papel. Me mantuve en el marco de la puerta hasta que la niña llegó a la altura de mi casa y en ese momento hablé con ella. Nos saludamos, hablamos de la droga. Me pidió pasar a mi casa para no afectar la venta en la calle. Así que en ese momento la entré a mi casa y nos fuimos a una de las piezas del patio que mi mamá tiene para arriendo”, agregó.

En esa pieza (de una cama, un velador y un televisor) Michelle le mostró la droga: Clonazepam. Pero “le dije que eso no quería”, citó Perivancic. Figueroa fue al baño y dijo que al volver “me di cuenta que tenía mi celular y mi plata en su cartera. Le pedí que me las devolviera, pero no me hizo caso. Y fue ahí que me descontrolé”.

Tomó un cordón de zapato que había en el cajón del velador y por la espalda la asfixió. Al ver que estaba muerta, la desnudó, le dobló las piernas y los brazos y la introdujo en una bolsa de plástico blanca.

El sábado en la mañana botó el celular de Michelle al río, así como también su cartera y su ropa. Estuvo con el cuerpo hasta el domingo, cuando a eso de las 06:00 horas intentó llevarla al Aconcagua en bicicleta, pero no pudo. La dejó en la calle, fue a buscar un carro de supermercado que usaba para vender agua mineral y la llevó hasta el puente El Rey. En el lecho, dejó adentro de la bolsa unas piedras y tiró el cuerpo. Hizo lo mismo con el carro.

“Los días siguientes ni siquiera tenía ganas de hacer cosas. Lo único que hice fue el día domingo con mi familia ir a la piscina. Por eso solo he tenido que quedarme solo. Me estaba psicoseando con lo que había hecho. Incluso después comencé a ver publicaciones de la desaparición de la niña que yo había matado y más me perseguí. Esta semana, el día martes 16, mi mamá me contó que la pedida había ido a mi casa y ahí supe que me andaban buscando por la niña, así como aún no tenía asimilado lo que había hecho. Y como mi mamá me había pedido que me fuera de la casa por miedo, me fui a la casa, me fui a Santiago y al pasar unos días pensé bien las cosas y decidí entregarme para contar lo que había pasado”, cerró.

Si eres víctima de violencia de género o conoces a alguien que podría encontrarse en esa situación, puedes llamar al 1455, teléfono de orientación en casos de violencia contra la mujer, o al 149 de Carabineros.

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