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Crimen de Michelle Silva: formalizan al autor confeso del hecho en San Felipe

La fiscal Claudia Perivancic leyó el relato de Claudio Figueroa, cómo se juntó con la joven, por qué y qué hizo con el cuerpo.

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Formalización de presunto autor de crimen de Michelle en San Felipe - Gonzalo Pérez - Ciudadano ADN - 24 de enero de 2024

Formalización de presunto autor de crimen de Michelle en San Felipe - Gonzalo Pérez - Ciudadano ADN - 24 de enero de 2024

08:26

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San Felipe

Poco después de las 11:00 horas de este miércoles comenzó la formalización de Claudio Figueroa, el autor confeso del asesinato de Michelle Silva, la joven de 20 años cuyo rastro se perdió el 6 de enero pasado en San Felipe, región de Valparaíso.

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Desde entonces trabajan bomberos, carabineros, amigos y familiares de la víctima en la búsqueda de Michelle, un trabajo que se ha visto dificultado por el aumento del caudal del río Aconcagua, donde la arrojó, producto del deshielo. Ello ha obligado a ampliar el radio de búsqueda a 20, e incluso 25 kilómetros, llegando a Penquehue, con maquinaria. Los deudos de Michelle, por su parte, realizan velatones todas las noches en el sector del puente El Rey.

Figueroa se encontraba participando vía telemática de la audiencia, pues se encontraba en la cárcel de Valparaíso. Su madre lo describió como alguien drogadicto, violento y callejero. Entre sus antecedentes figuran condenas por porte ilegal de arma blanca, abuso sexual (en 2010 y 2021), hurto y maltrato a Carabineros, entre otros.

Tras la audiencia del domingo pasado, la primera, se supo que él era sujeto de interés para la Policía de Investigaciones (PDI). En paralelo, había emanado una orden de detención al momento en que se entregaba a la policía civil. Fue ese mismo día que llevó a los policías al río.

El vocero de la familia se refirió al caso antes de la formalización: “No pueden seguir matando mujeres. Es imposible que una persona que tenga alejamiento de una persona, lo que pasó en Pichilemu, no puede ser eso... Tenía antecedentes por lo que nos dijo la Fiscalía, y está libre. Como Gobierno y como país, con eso estamos diciendo: ‘Hagamos lo que queramos, dejemos libre a las mujeres y que nadie las proteja”.

El delito que se le imputa es el de femicidio. La secretaria regional ministerial (Seremi) de la Mujer y la Equidad de Género de Valparaíso, Camila Lazo Molina, también abordó el caso minutos antes de comenzar la formalización: “Como ministerio de la Mujer y Equidad de género tenemos puesta en urgencia en el Congreso el proyecto de ley de violencia integral, que pretende fortalecer el Estado en su conjunto, las instituciones, sobre todo porque debemos seguir fortaleciendo los marcos jurídicos, la prevención, la sanción y la búsqueda de justicia”.

Testimonio

Desde el Juzgado de Garantía de San Felipe, la fiscal regional Claudia Perivancic presentó el relato de los hechos.

Según contó Figueroa, había contactado a Michelle Silva por la aplicación Grindr: al abrirla, la vio a ella, “bonita de cara, morena, pelo negro, largo, de labios gruesos, quien me ofreció psicotrópicos y comencé a hablar con ella para comprarle droga”.

Concretaron un encuentro en la esquina de Maipú con San Martín, comuna de San Felipe. Allí la vio bajar de un automóvil, pero él no salía, aunque ella llamara a los gritos a la casa. Michelle empezó a llamarlo por teléfono. Claudio puso su teléfono en modo avión, esperó que se fuera y salió a comprar medicamentos. Al regresar a su casa, desactivó el modo avión de su teléfono celular y le contestó a la joven.

“Acordamos nuevamente juntarnos, así que a los minutos después me asomé por la puerta de mi casa hacia la calle y vi una niña caminando por la calle Maipú, desde O’Higgins, en dirección a mi casa. En ese momento pude verla de cuerpo completo y me fijé que era la misma persona a la fotografía de la aplicación Grindr. Vestía una chaqueta de mezclilla negra, shorts de mezclilla también de color negro y zapatillas blancas. Andaba con una cartera rosado claro, con cadena metálica dorada y una bolsa de papel. Me mantuve en el marco de la puerta hasta que la niña llegó a la altura de mi casa y en ese momento hablé con ella. Nos saludamos, hablamos de la droga. Me pidió pasar a mi casa para no afectar la venta en la calle. Así que en ese momento la entré a mi casa y nos fuimos a una de las piezas del patio que mi mamá tiene para arriendo”, citó la persecutora.

En esa pieza (de una cama, un velador y un televisor) Michelle le mostró la droga: Clonazepam. Pero “le dije que eso no quería”, citó Perivancic. Figueroa fue al baño y dijo que al volver “me di cuenta que tenía mi celular y mi plata en su cartera. Le pedí que me las devolviera, pero no me hizo caso. Y fue ahí que me descontrolé”.

Tomó un cordón de zapato que había en el cajón del velador y por la espalda la asfixió. Al ver que estaba muerta, la desnudó, le dobló las piernas y los brazos y la introdujo en una bolsa de plástico blanca.

El sábado en la mañana botó el celular de Michelle al río, así como también su cartera y su ropa. Estuvo con el cuerpo hasta el domingo, cuando a eso de las 06:00 horas intentó llevarla al Aconcagua en bicicleta, pero no pudo. La dejó en la calle, fue a buscar un carro de supermercado que usaba para vender agua mineral y la llevó hasta el puente El Rey. En el lecho, dejó adentro de la bolsa unas piedras y tiró el cuerpo. Hizo lo mismo con el carro.

“Los días siguientes ni siquiera tenía ganas de hacer cosas. Lo único que hice fue el día domingo con mi familia ir a la piscina. Por eso solo he tenido que quedarme solo. Me estaba psicoseando con lo que había hecho. Incluso después comencé a ver publicaciones de la desaparición de la niña que yo había matado y más me perseguí. Esta semana, el día martes 16, mi mamá me contó que la pedida había ido a mi casa y ahí supe que me andaban buscando por la niña, así como aún no tenía asimilado lo que había hecho. Y como mi mamá me había pedido que me fuera de la casa por miedo, me fui a la casa, me fui a Santiago y al pasar unos días pensé bien las cosas y decidí entregarme para contar lo que había pasado”, cerró.

Si eres víctima de violencia de género o conoces a alguien que podría encontrarse en esa situación, puedes llamar al 1455, teléfono de orientación en casos de violencia contra la mujer, o al 149 de Carabineros.

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