La madrugada del lunes 1 de enero, el personal de Gendarmería, encargado de la vigilancia telemática del Complejo Penitenciario (CP) de Valparaíso, frustró una posible fuga masiva al percatarse que dos sujetos, que portaban armas blancas artesanales, se encontraban en el patio del módulo 110. Los uniformados activaron las alarmas y los sujetos fueron detenidos por Gendarmería.
El director regional de Gendarmería, coronel José Luis Meza Guajardo, señaló que los internos “aprovechando el momento de los fuegos artificiales, habían cortado los barrotes de sus celdas, donde aún continuaban nueve internos más”.
En total, se evitó la posible fuga de once reclusos y se incautó una cuerda con una araña en uno de sus extremos: “Esta sería usada para escalar los muros del Complejo”, dijo el director regional.
Sumada a esta alerta de fuga, el personal de gendarmería logró detectar otra posible huida en la Quinta Región, aunque esta vez en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Los Andes. Gendarmes de turno encontraron a un interno escondido en uno de los baños del patio del pabellón de los condenados. El sujeto portaba una cuerda de 12 metros de longitud.
Ambos casos fueron informados al Ministerio Público, por lo que se iniciaron investigaciones internas.
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