Así era Chile y el mundo en 1987, el último año en que nuestro país organizó un Mundial sub 20

La FIFA confirmó a Chile como la sede del próximo mundial sub 20 que se jugará el 2025. Será la segunda ocasión en que nuestro país organizará dicho certamen, el más importante de todos a nivel de selecciones juveniles. La primera vez fue en 1987, en medio de un país convulsionado, con incipientes figuras que luego fueron astros y con una historia que vale la pena recordar.

El 1 de abril de 1987, el Papa Juan Pablo II llegó a Chile, en la primera visita de un Sumo Pontífice a territorio nacional.

En 1987 se reabrieron los registros electorales, cerrados en 1973. Comenzaban a prepararse para los comicios del año siguiente que decidirían la continuidad de la dictadura o llamado a elecciones. El primer inscrito fue Augusto Pinochet.

En 1987 se funda el Diario La Época.

En 1987 el programa de televisión Sábados Gigantes cumplió 25 años de transmisiones. Su manera de festejarlo fue con un programa especial que duró, precisamente, 25 horas. “Hemos inventado el día de 25 horas”, fue el eslogan de su conductor, Mario Kreutzberger, don Francisco.

El 26 de mayo, Cecilia Bolocco gana el concurso Miss Universo, provocando festejos multitudinarios en las calles de Santiago.

En octubre de 1987 es destituido el rector de la Universidad de Chile, José Luis Federici, tras meses de protestas estudiantiles.

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En 1987, Los Prisioneros lanzan su disco La Cultura de la Basura. La canción Rapa Nui Mi Amor, interpretada por Lorena, vence en la competencia folclórica del Festival de la Canción de Viña del Mar.

El 22 de mayo nace en Santiago Arturo Vidal Pardo. El 3 de agosto, también en la capital, nace Gary Medel Soto.

En 1987, entre el 10 y el 25 de octubre, se disputó en Chile la Copa Mundial sub 20, el campeonato juvenil de fútbol más importante del mundo.

Dos años después

Menester es recordar que el Mundial debió jugarse en Chile en 1985, pero la Federación no cumplió con los requisitos mínimos exigidos en el cuaderno de cargos para su organización. La cita fue trasladada a la Unión Soviética, lo que fue leído por las autoridades chilenas como un guiño de la FIFA al comunismo internacional, hipótesis que se derrumbó rápidamente cuando el máximo organismo del fútbol designó a Chile como sede para el ‘87, en plena dictadura.

El mundial se jugaría en sólo 15 días consecutivos en cuatro estadios: Regional de Antofagasta, Playa Ancha en Valparaíso, Nacional en Santiago y el Regional de Collao en Concepción.

El lugar común indica que el primer partido de los mundiales, en cualquier categoría, lo juega el dueño de casa contra un equipo de tono menor, para encender la mecha desde el arranque. Chile no lo hizo. Abrió la competencia el 10 de octubre, bajo una torrencial e inesperada lluvia, contra el poderoso equipo de Yugoslavia, que terminaría siendo el campeón del mundo. Fue victoria para los europeos por 4-2, con goles Zvonimir Boban, Igor Stimac y dos de Davor Suker. Los goles chilenos fueron obra de Luka Tudor y Camilo Pino.

La selección nacional era conducida por Luis Ibarra, entrenador de dilatada trayectoria, que había dirigido en varios períodos a la Universidad de Chile. Incluso fue técnico interino de la selección absoluta. Para ese Mundial escogió un grupo de jugadores de variados equipos nacionales, la mayoría de ellos con poca experiencia en Primera División. Al repasar el listado nos encontramos con algunos que luego se consolidaron y otros que tuvieron en este Mundial su momento de mayor protagonismo.

La lista chilena estaba compuesta por los arqueros Guillermo Velasco (Everton) y Gerhard Reiher (Provincial Osorno); los defensas Miguel Latín (Santiago Wanderers). Mauricio Soto (Puerto Montt), Carlos Ramírez (Huachipato), Hugo Cortez (Cobreandino), Javier Margas (Colo Colo), Reinaldo Hoffmann (Colo Colo). Los volantes Luis Musrri (Universidad de Chile), Sandro Navarrete (Huachipato), Fabián Estay (Universidad Católica), Héctor Cabello (La Serena), Camilo Pino (Cobreloa). Los delanteros Luka Tudor (Universidad Católica), Raimundo Tupper (Universidad Católica), Juan Carreño (Colo Colo), Pedro González (Valdivia), Juan Reyes (O’Higgins).

El grupo A era completado por Australia y Togo. La Roja venció a los africanos por 3-0, con goles de Pino y par de Tudor y luego a los oceánicos por 2-0 con dos tantos de Camilo Pino.

En el Mundial juvenil de 1987 jugaron sólo 16 selecciones. Clasificaban los dos primeros de cada zona. Al terminar segunda en su serie, tras Yugoslavia, la escuadra debió trasladarse a Concepción para medirse con Italia. La victoria por la mínima, con penal ejecutado por Pino, metió a Chile entre los cuatro mejores del mundo.

Las semifinales se jugaron el 23 de octubre, otra vez en el Biobío. Chile debió enfrentar a Alemania Federal que lo venció sin misericordia por un contundente 4-0.

Para la definición por la medalla de bronce, el técnico Luis Ibarra dispuso varios cambios en la formación inicial. El rival era la Alemania Democrática y el duelo terminó empatado 1-1, con anotación chilena de Pedro González. Los germanos ganaron por penales y dejaron a Chile fuera del podio.

La gran Yugoslavia de Jozic

El líder yugoslavo, el Mariscal Tito, había logrado mantener unidas a las diferentes naciones que conformaban su país con cierta sincronía hasta su muerte, en 1980. Luego comenzó un período de lenta disgregación, hasta terminar con un espantoso conflicto bélico, la guerra de Los Balcanes, en el primer lustro de la década del ‘90. Por lo tanto, el final de los ‘80 fueron los últimos años de un país que en rigor hoy no existe. Y fueron años de gloria deportiva. Yugoslavia se consagró campeón mundial de waterpolo en las ediciones de 1987 y 1989. Obtuvo medallas doradas en esa disciplina en los Juegos de 1984 en Los Ángeles y de 1988 en Seúl. Ganó la medalla de oro en handbol en el ‘84, además del Mundial del ‘86. Fueron campeones mundiales de baloncesto en 1990.

En ese contexto, el equipo juvenil de fútbol ya insinuaba su poderío. El técnico Mirko Jozic venía trabajando desde finales de la década del ‘70 y sabía que contaba con una generación de futbolistas estelares. Clasifica el Mundial en el torneo Europeo organizado en su país, aunque no ocupa los lugares principales. Poco antes de la cita en Chile, Jozic pierde por lesión a tres de sus principales figuras: Sinisa Mihajlovic, Vladimir Jugovic y Alen Boksic.

Pese a esto logra conformar un equipo que deslumbró en Chile desde el primer cotejo. Davor Suker, Zvonimir Boban, Robert Prosinecki, Robert Jarni, Predag Mijatotic, Igor Stimac, fueron la base del equipo que ganó el grupo A, que en cuartos de final eliminó a Brasil y luego derrotó a la Alemania Democrática en semifinales. En el partido decisivo, superaron a Alemania Federal en tanda de penales tras empatar 1-1. Boban fue el encargado de marcar el último lanzamiento ante un estadio Nacional colmado que festejó el gol como propio. Por su juego de conjunto y el carisma de sus jugadores, Yugoslavia se había ganado el cariño de aficionados que estaban en el otro lado del mundo.

Las marcas del Mundial

Mathias Sammer era la gran figura de Alemania Democrática. Andreas Moller destacaba en Alemania Federal, junto al goleador del certamen, Marcel Witeczek.

En Chile jugaron César Sampaio de Brasil, Oscar Córdoba de Colombia, Tony Meola de Estados Unidos, entre otras grandes figuras.

El promedio de público a lo largo del Mundial fue de 22.250 espectadores por partido.

Robert Prosinecki ganó el Balón de Oro, al mejor jugador del certamen.

El entrenador de Yugoslavia, Mirko Jozic, regresó a su país con una oferta de Colo Colo, para asumir en las divisiones inferiores.

Se marchó diciendo que lo iba a pensar.

Ya sabemos cómo terminó esta historia.